La depresión es una enfermedad muy frecuente. Diversos estudios estiman que entre el 15% y el 30% de los trabajadores experimentará algún tipo de problema de salud mental durante su vida laboral.
Del mismo modo que puede causar gran malestar y sufrimiento, en las empresas la depresión se asocia con los bajos rendimientos y a altas tasas de baja laboral, accidentes, así como a continuas sustituciones en el personal.
Pero… ¿Qué es la depresión?
La depresión se caracteriza por un constante y continuo sentimiento de tristeza, decaimiento del ánimo, baja autoestima, pérdida de interés y disminución de las funciones psíquicas.
Los síntomas que pueden ser indicadores de depresión son los siguientes:
- La presencia de tristeza que no cambia según las circunstancias.
- El llanto sin razón aparente.
- La presencia de ansiedad, preocupación, irritabilidad o tensión.
- Una pérdida de apetito con pérdida de peso.
- El cansancio y la pérdida de motivación.
- La pérdida de interés en las actividades normales de la vida diaria.
- La incapacidad para concentrarse y los olvidos frecuentes.
- La presencia de pensamientos de autodesprecio y desesperanza
Los efectos de la depresión en el trabajo
Aquellas personas que sufren depresión se comportan de una forma no habitual en muchos aspectos de su vida, tanto en casa como en el trabajo.
Algunos cambios que pueden llegar a ser evidentes para los compañeros de trabajo o para los jefes son:
- La lentitud y los errores frecuentes en el trabajo.
- Dificultades en la concentración con olvidos frecuentes.
- Un inadecuado cumplimiento horario.
- Una mayor frecuencia de ausencias injustificadas o de abandono del puesto de trabajo por enfermad.
- Frecuentes discusiones y enfrentamientos con los compañeros de trabajo.
¿Pueden las condiciones laborales no satisfactorias causar depresión?
El trabajar tiene un gran impacto beneficioso sobre la salud mental, aunque existen algunas circunstancias en las que la situación no es exactamente así, como, por ejemplo:
- Estrés laboral
- Sobrecarga de trabajo
- Condiciones laborales inadecuadas
- Compañeros tóxicos (acoso laboral)
- Mala comunicación
Si te sientes identificado con los síntomas anteriores u observas algunos de estos en tu empresa ¿Qué podemos hacer?
Existen varias áreas en las cuales se puede profundizar dentro de la empresa:
- Aumento de la concienciación: Cada miembro de la empresa, desde el gerente hasta el último empleado, debe ser consciente de la importancia que tiene el identificar y ayudar a aquellos compañeros que puedan estar pasando por un mal día o momento.
- Educación sanitaria de los empleados: Tu equipo de trabajo debe conocer temas de salud mental y de aprender técnicas para la reducción del estrés o factores que puedan estar alterando su desempeño laboral.
- Reorganización de la empresa: La forma en que una empresa está organizada y funciona tiene diversos efectos sobre la salud mental de sus colaboradores.
- Tratar con confidencialidad el caso en la empresa: Es fundamental tratar las situaciones de tus colaboradores con la confidencialidad oportuna para no agravar la situación. Si la persona afectada no ha tomado la decisión de compartir su caso con sus compañeros, nadie más en la empresa debería tomar esta decisión.
- Recurrir a servicios de atención psicológica o médica: Dependiendo de la intensidad o gravedad de la afección, esta solución puede ser decisiva para recobrar el estado de salud y bienestar deseado. En estos casos, los profesionales de la salud serán los encargados de tomar la decisión sobre cuál es el diagnóstico exacto de la persona afectada, cuáles son las causas del caso y qué tratamiento es el más recomendado para cada situación.
La productividad de la empresa depende de la participación activa de cada uno de los integrantes de la misma ¡Conoce a tu equipo de trabajo!